martes, 6 de junio de 2006

Se me ha estropeado el Carpe Diem...

Hace ya unos días, sabiendo muy bien por qué, se me ha estropeado el Carpe Diem.
¡Vaya jugada! Y el "mecánico" no me sabe decir para cuántos dias tengo de espera de los "recambios".
Almenos algo está claro, los "recambios" existen, el único inconveniente es que de momento no están en stock. Tendremos que esperar, no es un Carpe Diem cualquiera. Es un Carpe Diem compartido, que tiene dificultades añadidas de arquitectura y de ensamblaje.
Ahora hay que usar más que nunca aquella palabra que a mi personalmente tan mal se me ha dado en interpretar siempre : PACIENCIA.
Cuando más rápido quieres que lleguen los "recambios", más problemas logísticos aparecen, que si falla el transporte, que si se han perdido por el camino, que si hay que actualizar las referencias, que si ...
Suerte que la confirmación de que los "recambios" existen puede con todo. Eso hace que todo sea más llevadero, que la PACIENCIA supere en cantidad y calidad a la impaciencia, esa figura no corporea que me ha acompañado largamente en mi vida, que me ha hecho sentir mal en más de una ocasión, que me ha hecho sufrir porque he querido sufrir yo voluntaria e inconscientemente.
Ahora la PACIENCIA lleva a la consciencia, y la consciencia lleva a la serenidad. Díficiles de conjugar ambos conceptos, pero no tengo más remedio por mi bien que conjugar. Por mi bien y por el bien de todos.
Así sea, y que lleguen los "recambios", cuando sea, mi (nuestro) Carpe Diem bien lo vale, ¿no?


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